Quint, Michel
Cuando el hombre desciende a los abismos de la barbarie, y el género humano muestra su cara más abyecta, queda siempre un atisbo de esperanza, un resquicio de luz donde la generosidad y la solidaridad de una sola persona son capaces de restituir la dignidad a quienes les ha sido vilmente despojada. En un claro homenaje al recuerdo y la memoria, y al sorprendente poder que la risa y el humor tienen como antídoto del miedo y la desesperación, el narrador inicia su relato con las vivencias de un niño avergonzado por la curiosa afición de su padre: disfrazarse de payaso para actuar tristemente en todo tipo de fiestas infantiles. Años más tarde, cuando el protagonista ya es un adolescente, su tío le confiesa las verdaderas razones del extraño comportamiento de su padre. A partir de ese momento, la narración adquiere una intensidad que deja sin respiro al lector, y el impacto se multiplica, si cabe, debido a la concisión y brevedad del relato.