Fernández de la Reguera, Ricardo
Un hombre profunda y auténticamente bueno y sencillo, se enfrenta con la vida sin otro bagaje que una visión simplista de sus problemas esenciales, una formación rudimentaria, la convicción inquebrantable de la bondad de las gentes a quienes ama y esa conformidad con el destino que distingue al tímido, al pobre de espíritu, del hombre de presa, del espécimen habituado a la lucha impenitente de la gran urbe. Trabaja y es dolorosamente postergado, ama y es cínicamente engañado. Pero su fe en la vida se muestra inquebrantable hasta que, desgarrada definitivamente la magia de la pasión y convencido de su propia y absurda inutilidad esencial, intuye que sólo la muerte le ofrece una generosa posibilidad de huida y liberación