Chase, Loretta
Cuando el intrigante Conde D’Esmond entra en cualquier habitación las mujeres se desmayan y los hombres rechinan los dientes. El Conde está más que acostumbrado a esa reacción —y trata de sacar el máximo provecho de ella. Pero nada lo ha preparado para enfrentarse a Leila Beaumont y con sólo una mirada a sus dorados ojos queda peligrosamente cautivado. Lo que es un problema, ya que Esmond no puede permitirse ningún tipo de distracción, por muy apasionada que prometa ser. Se supone que está trabajando nada más ni nada menos que: ¡para el Gobierno Británico!, y sus superiores quieren llevar ante la justicia al corrupto y traidor marido de Leila.
Y, cuando el esposo de ésta, como era de esperar, es asesinado, todo lo que Esmond tiene que hacer es dejar a Leila libre de toda sospecha y seguir con su siguiente misión.
Pero el librarse de la horca por el asesinato de su marido no es suficiente para Leila. Ella quiere saber la verdad —toda la verdad— sobre Esmond, un hombre que se ha pasado toda su vida mintiendo.