Amorós, Andrés
La literatura ha mantenido un vínculo estrecho con la enseñanza de la lectura. Lastimosamente, esta relación tiene un carácter molesto, puesto que se ve reducida, casi siempre, a la imagen de estudiantes que leen para responder cuestionarios superfluos y memorísticos. En este sentido, la literatura permanece todavía desligada de la vida, del amor por la vida, o como dice Amorós, de “los momentos más felices, las sensaciones más sugestivas, (y) los sentimientos más conmovedores” que pueden encontrarse en los libros “gracias al talento expresivo de los grandes creadores”.
Y esta debería ser la imagen de la literatura en nuestra mente: la de creación, fantasía; una visión que se aleje de la imposición y que, aunque mágica, facilite la consolidación de un espíritu crítico, capaz de problematizar la vida, de ponerla en duda, de confrontarla, de convertirla en espacio filosófico. Precisamente esta es la imagen que Andrés Amorós, el reconocido crítico literario y teatral, propone en su Introducción a la Literatura (1979), un ensayo en el que, alejado de los tecnicismos teóricos, se acerca al fenómeno literario desde una mirada propia y creativa.