Waugh, Evelyn
La obra en clave de humor (o, quizás mejor dicho, de cinismo) de Evelyn Waugh resulta ser un acerado bisturí literario y de absoluta vigencia. Merienda de Negros , escrita en 1932, intuye toda la problemática futura de los primeros tiempos de la descolonización en África, con mandatarios poco eficaces y consejeros europeos amorales y sinvergüenzas, todo ellos amenizado con la presencia de personas de un buenismo que no hace más que reflejar su absoluta incapacidad de comprender los problemas reales.
El argumento trata de lo siguiente: Seth, el nuevo emperador de Azania "tirano de los mares y licenciado en Oxford", ofrece a su antiguo condiscípulo Basil Seal —insolente, sofisticado y amoral, una perfecta garantía contra la estabilidad y el orden— el cargo de "ministro de modernización" de su africano país. A partir de ahí se emprenden las más descabelladas innovaciones y las iniciativas más quiméricas, provocándose un sinfín de intrigas tribales y diplomáticas que desembocan en la anarquía y el caos y en un auténtico festín caníbal.
Esta novela, que, en palabras de Waugh, "trata del conflicto entre la civilización, con sus correspondientes y deplorables perversiones, y la barbarie", es una feroz y destructiva farsa que ataca simultáneamente a los salvajes de la jungla y a los de las ciudades modernas, sin dejar títere con cabeza, y en la que abundan personajes, como el inepto embajador inglés o las dos damas que se presentan para observar el tratamiento dado a los animales en ese país "bárbaro", que resultan gloriosa e inolvidablemente cómicos.