Grossman, David
La anécdota es simple: Elisheva, la esposa de Shaul se ausenta de casa cada tarde para ir a nadar, o eso es lo que ella dice. Deja el apartamento con una bolsa de gimnasia en bandolera y vuelve al cabo de una hora con el pelo mojado y el rostro relajado. A partir de ahí, Shaul imagina cosas bien distintas: ve a su esposa con otro hombre, nota sus caricias, oye sus palabras, sabe —como todos los seres celosos creen saber— que con ese hombre Elisheva se atreverá a juegos que nunca ha experimentado con él.