Vega, Lope de
Diana, condesa de Belflor, encubre su amor por Teodoro, su secretario, que no dispone de más patrimonio que oficio e ingenio. Su distinción social le impide aproximarse a él y confesar su verdadero sentimiento de modo abierto y sincero. Teodoro recibe de Diana muestras indecisas, insinuaciones nunca zanjadas, ráfagas de aprecio o desdén que la condesa no puede evitar, con lo que niega y ofrece a la vez a Teodoro una decidida entrega. El conflicto entre los personajes se resolverá con la mediación del criado Tristán, mediante farsa y burla, a la vez que se pide al lector y público que guarde secreto de lo que acontecerá al final de la obra.