O´Brian, Patrick
Aubrey y Maturin ven como el azar trastoca sus planes y les lleva a navegar por la costa africana, lo que supone un auténtico festín para la afición botánica de Maturin. Esto es aprovechado por Patrick O’Brian para reproducir el momento en el que los avances científicos se suceden con gran rapidez, a través del mejor conocimiento de la fauna y la flora. Por otro lado, una vez conocidas ya las aguas de Sudamérica, Jack Aubrey debe enfrentarse a unas costas que ha estudiado a fondo sobre el papel, pero del que apenas tiene un conocimiento directo. Y eso supone un riesgo del que no podrá librarse sin poner en acción su talento como navegante.