Araujo, Orlando
La aparición en el escenario de las letras venezolanas de Compañero de viaje captó de inmediato la atención de la crítica y los lectores. El interés despertado por el libro de relatos de Orlando Araujo hay que buscarlo en el contexto histórico y en las corrientes literarias en boga. Venezuela, como otros países de América Latina, estaba saliendo de la que se denominó «década violenta», aquellos turbulentos años 60 signados por la guerra de guerrillas contra los gobiernos de turno, lucha que marcó las letras de la época. Era la hora de la literatura comprometida, en correspondencia con el momento histórico que se vivía... Compañero de viaje es la crónica de un puñado de hombres y mujeres que aventados por las guerras civiles y penurias buscan un lugar de refugio y terminan fundando pueblo. Esta expresión, «lugar de refugio», en la narrativa de Araujo no es sólo un espacio físico, sino también espiritual. La saga de esos fundadores, en una secuencia de relatos breves, como escenas cinematográficas que se entrelazan, la cuenta el autor en un sentido monólogo del hijo de uno de esos hacedores de pueblo, a quien el niño llama «mi compañero de viaje». Earle Herrera.