Blasco Ibáñez, Vicente
Los muertos mandan fue escrita por Vicente Blasco Ibáñez en 1908. El escritor considera esta novela como parte de una nueva etapa de su vida cuando se instala en Madrid. Allí conoció una dama chilena, doña Elena Ortúzar esposa de un agregado comercial de la embajada de Chile. Doña Elena marcó de forma decisiva su vida. El escritor la visitaría constantemente en París, donde ésta se estableció con su esposo. Blasco menciona el cambio en su evolución literaria que ocurre durante sus viajes regulares entre Madrid y París en una carta: “Por aventuras particulares de mi vida viví entonces temporadas cortas y numerosas en París. Me iba de Madrid a París como el que toma el tranvía. Y a este continuo cambio de ambiente mental atribuyo estas tres novelas, que empezaron a marcar en su factura la novela tal como la hago actualmente”. Las novelas a las que se refiere son La maja desnuda (1906), Sangre y arena (1908) y Los muertos mandan (1909). Ésta novelas ofrecen una faz muy diferente de las novelas de tendencia que Vicente Blasco Ibáñez escribía antes. En su nueva etapa el escritor concentra su interés en el estudio de la interioridad de sus personajes, por lo que no resulta extraño que estas tres novelas sean conocidas como novelas psicológicas. Estas novelas están vinculadas además por la constante temática amorosa que constituye el eje primordial en torno al que se construye el relato.