Simenon, Georges
Maigrest está en la audiencia, esperando para testificar en el caso de Gaston Meurant, acusado del asesinato de su tía, Léontine Faverges, y de una niña de 4 años, Cécile Perrin, que ésta tenía a su cuidado. Las pruebas son concluyentes y nada hace sospechar otra cosa hasta que una llamada anónima informa sobre la existencia y el lugar exacto en el que se encuentra cierto traje manchado de sangre. Es entonces cuando el comisario emprende una investigación oficiosa guiado por pequeños detalles que escapan a la fría máquina de la justicia y que le acabarán llevando a descubrir al culpable.