Vázquez, Ángel
Novela maldita como su autor. Poco leída y muy desconocida. Es una de las mejores novelas españolas del siglo XX. Por el brillo de una voz única y original en nuestra narrativa, por la recreación de una ciudad que fue muy española que dejó de serlo, Tánger, y sobre todo porque es la única novela en la que se da vida a un español brillante y mestizo con influencias del castellano que hablaban los judíos sefarditas de la ciudad, la Haquitía, perdido para siempre.Un Tánger proteico y babilónico en palabras de Emilio Sanz de Soto, biógrafo y amigo de Vázquez que compara la identificación del personaje y la ciudad con el Dublin de Joyce, la Praga de Kafka o el Londres de Virginia Wolf.A través de la decadencia de un personaje, Juanita Narboni, ensimismada en la revisión de un tiempo que se le escapa de entre las manos, se nos muestra como una metáfora viviente de la decadencia. El libro tiene algunas de las páginas más patéticas pero también de las más hilarantes de toda la literatura española. En cualquier caso un libro único e imprescindible. Construida como un diálogo interior -monodiálogo se le ha llegado a llamar- que preludia la postmodernidad es también una crónica de la época. Ángel Vázquez murió en la miseria en Madrid en 1980, alcoholizado y después de quemar sus obras inéditas. Había escrito La Vida Perra en 1976. Catorce años antes había ganado el premio Planeta por una novela con un título hermosísimo: Se enciende y se apaga una luz.