Compán, Salvador

Estaba en la galería del hotel Alfonso XIII y al principio no reparé en que se había sentado dos mesas más allá, justo al lado de un ficus cuyas hojas la sobrevolaban como manos y se detenían a pocos centímetros de su cabeza. Fue la belleza de esa visión lo que después me distrajo de la lectura: un pelo recogido, la curva del cuello cayendo hacia la armonía de los hombros, un vestido de tirantes que dejaba ver el rebullirse mate, muy leve, de la espalda, y, más allá, la mancha de la penumbra diluyéndose ante el claroscuro de las columnas y el resol del patio. Eso pudiera haber sido todo, un levantar la mirada y admitir con complacencia que alguien ha ocupado una mesa a unos metros de la tuya donde hay abierto un guión para un anuncio y una ginebra pasada de hielo, hacer algunas conjeturas sobre el esplendor de mariposa que vive en los hombros de ciertas mujeres, bajar la vista para seguir leyendo. Pero solemos ignorar que hay algunos hilos de sorpresa apenas visibles entre el tejido de lo cotidiano.

Usuario: anonimo

Descargado: 0

Descargas directas:0

Descárgalo en cualquiera de estos formatos:

FB2

ePub

Mobi

Volver