Biedma, Juan Ramón
Sevilla, octubre de 1936. Crisanta recibe un encargo peligroso. Ha desaparecido, en medio de los pillajes, un tríptico del siglo XVI de Jan Van Eyck. Si lo localiza y lo entrega, la ayudarán a salir del país. Sabe que no hay sitio para ella en la España sepultada por el oscurantismo, y acepta, a pesar de que sus instrumentos de adivinación le hayan desaconsejado participar en aquella empresa. Dicen que el tríptico atrajo el desastre sobre sus profanadores, pero ella no se deja amedrentar por las maldiciones.