Maron, Margaret
A Deborah Knott se le adivinaba un futuro de muchacha convencional, y hasta de mujer convencional, subida a un pedestal y adorada por un marido convencional. En lugar de eso, se convirtió en abogado y logró infiltrarse en el anacrónico sistema que sigue imponiendo su ley en la zona tabaquera del condado de Colleton, en Carolina del Norte. Según algunos, su éxito es un reflejo del Nuevo Sur, pero nadie conoce mejor que ella el peso de su pasado: el largo historial de su familia en la región constituye la mejor baza de su campaña electoral para juez de distrito. Sin embargo, para la voluntariosa hija de Kezzie Knott —notorio contrabandista de licores, ex estafador y manipulador político—, ese mismo historial representa a la vez su mayor obstáculo. Pero es un episodio del pasado más reciente el que amenaza con descarrilar su campaña. De adolescente, Deborah solía cuidar de la pequeña Gayle Whitehead en ausencia de su madre, Janie. Dieciocho años atrás, un lluvioso día de primavera, desaparecieron ambas, la madre y la hija. Cuando las encontraron tres días después, Gayle estaba deshidratada, sucia y hambrienta... y Janie muerta. El misterioso asesinato se convirtió en una leyenda local y en un enigma que sigue atormentando a Gayle, quien ahora suplica a Deborah que lo investigue. Con escasa fe en sus dotes de —investigadora, Deborah se dedica a preguntar a todo el mundo mientras realiza su campaña itinerante en iglesias, subastas rurales, freidurías de pescado y reuniones políticas del condado, y su atención, con la aparición de nuevos y turbadores indicios, pronto se desvía de los tejemanejes políticos. Deborah se da cuenta entonces de que las desventajas de ser la única candidata femenina para ocupar el cargo de juez, o hasta las desventajas de ser la hija de Kezzie Knott, no son nada comparadas con las de representar una amenaza para un asesino...