Brown, Rosellen
En ocasiones, en la vida de las gentes hay un antes y un después. Un hecho luctuoso interrumpe, de manera brutal e ineludible, el cotidiano fluir de la vida: nada será igual a partir de entonces, la normalidad de la existencia quedará hecha pedazos y habrá que reconstruirla lenta, dolorosamente, bajo el peso agobiante de ese suceso que no puede borrarse, a cuya sombra hay que aprender a vivir. Una tarde de enero, la doctora Carolyn Reiser es requerida en urgencias. Mientras sus pasos resuenan por los pasillos del hospital, piensa con una vaga inquietud en el manto de nieve que cubre la pacífica Hyland y sus tranquilos alrededores, e imagina a algún adolescente víctima de un accidente de coche. Pero en la sala de urgencias le espera algo mucho peor: alguien ha golpeado a la joven Martha Taverner hasta matarla. De vuelta a casa, todavía bajo los efectos de lo que acaba de ver, Carolyn le está dando la noticia a Ben, su marido, cuando el jefe de la policía local, su vecino Fran Conklin, llama a la puerta. Carolyn y Ben no pueden dar crédito a lo que oyen: Martha y su hijo Jacob estaban saliendo juntos desde hacía algunos meses, lo que convierte a Jacob en el principal sospechoso. Y, en efecto, Jacob ha desaparecido, y todos los indicios parecen confirmar su culpabilidad. A partir de ese momento, todo cambia en la vida de los Reiser: Hyland dejará de ser la acogedora comunidad a la que se mudaran diez años atrás, y entre sus amigos y conocidos no faltarán las deserciones. Ellos mismos, al margen incluso de la culpabilidad o la inocencia de Jacob, deberán afrontar la idea de que su propio hijo y hermano haya podido cometer tan horrible crimen.