FERNANDEZ, M. J.
Salazar deberá enfrentarse a un crimen desconcertante, al mismo tiempo que atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su vida personal. En un barrio elegante de Haro asesinan a toda una familia durante la celebración del cumpleaños de uno de sus miembros. Todos los Acosta están muertos excepto el hijo menor, a quien encuentran en su habitación drogado, dormido y con el arma homicida en la mano. A pesar de la brutalidad del crimen, la resolución parece muy sencilla a primera vista, hasta que Salazar encuentra evidencias que le hacen sospechar que hay mucho más detrás del aparente parricidio y fratricidio. Conforme avanza la investigación, los detectives de «San Miguel» descubren que los Acosta ocultaban secretos inconfesables que los convertirían en el objetivo de la venganza de un gran número de personas, algunas en extremo peligrosas… Incluso para el propio Salazar. Al mismo tiempo, don Braulio le pide ayuda a Néstor para encontrar a dos jóvenes que se fugaron y perdieron el contacto con sus familias. Lo que en un primer momento parece una chiquillada sin importancia, adquiere carácter oficial con la aparición de un cadáver. Dependerá de Salazar y su equipo detener al homicida antes de que haya nuevas víctimas…