Holman, Sheri
«A quienes se hacen a la mar sólo los separan de la muerte cuatro dedos de espesor. Os digo por experiencia que es la certeza de este hecho, más que el miedo a monstruos y a infortunios, lo que aterroriza a los peregrinos durante las travesías. Si os vierais en nuestro caso y ni siquiera por un instante olvidaseis que sólo un palmo de madera os separa de las aguas insondables, ¿no os sentiríais abocados a beber más de la cuenta?» 1483. Fray Félix Fabri escribe el diario de su peregrinación a Tierra Santa, para que su congregación de dominicos en Ulm participe también del viaje. Pero Félix tiene un designio secreto, que no ha confesado a su abad: su destino no es Jerusalén sino el monte Sinaí, para llegar al cual debe atravesar un mortífero desierto plagado de sanguinarios sarracenos y tentaciones heréticas. Hasta el monte donde tuvo lugar el encuentro místico de Moisés con Yahveh lo impulsan motivos inconfesables para un buen padre dominico, embarcado en la modernización de la fe. La veneración de las reliquias de santa Catalina de Alejandría, su esposa espiritual desde que tomara los votos, es el objeto erótico y místico de la peregrinación. Y esas reliquias no son otra cosa que el cuerpo desmembrado de la santa, repartido en islas y monasterios del Levante para «sembrar la tierra con cielo» Pero alguien se interpone entre la devoción ambigua de Félix y la consumación de su deseo. Las reliquias desaparecen cada vez que el dominico se acerca a ellas. ¿Es un castigo divino? ¿Son las mujeres siempre inconstantes, aunque se sienten a la diestra de la Virgen? ¿O está ante un pirata espiritual dispuesto a saquear el cielo? Thriller teológico, libro de viajes, reflexión sobre la desacralización del cuerpo y guía de las criptoherejías mediterráneas, La lengua robada es una lectura rebosante de humor cuando aborda lo sagrado y lo profano, la seriedad y el absurdo de la empresa humana en pleno Renacimiento.