Michelis, Jacopo de
Milán, abril de 2003. Riccardo Mezzanotte es un joven inspector de policía que acaba de incorporarse a la Sección de la Policía Ferroviaria de la Estación Central. Tiene una propensión innata a meterse en problemas y comienza a investigar un caso que no parece interesar a nadie: alguien está esparciendo cadáveres de animales horriblemente mutilados por la estación. Laura Cordero es una joven de veinte años, hermosa y de buena familia, que esconde un secreto. Ella suele llamarlo «el regalo» pero lo considera más bien una maldición de la que no puede hablar. Colabora como voluntaria en un centro de atención a los marginados que se encuentra en la Estación Central y también intenta resolver un misterio:quiere encontrar a dos niños a los que ha visto varias veces deambulando por los alrededores de la estación al atardecer, solos. La estación, poderosa como una fortaleza, solemne como un mausoleo, enigmática como una pirámide egipcia, parece albergar muchos más misterios: entre los dolorosos pliegues de su historia, tras sus suntuosas columnas y, sobre todo, en sus laberintos subterráneos, gran parte en desuso, donde normalmente ni la policía se atreve a aventurarse, los destinos de Riccardo y Laura se cruzarán y juntos encontrarán la resolución a los misterios que ambos tratan de resolver.