Weber, David
Stephanie Harrington siempre esperó ser guardabosques en su mundo natal de Meyerdahl... hasta que sus padres se trasladaron al planeta fronterizo de Esfinge, en el lejano Reino Estelar de Manticora. Debería haber sido el nuevo hogar perfecto, una tierra virgen llena de nuevas especies de todo tipo, a la espera de ser descubiertas. Pero Esfinge es un lugar mucho más peligroso que el ultra-civilizado Meyerdahl, y las exploraciones de Stephanie se detienen repentinamente cuando sus padres imponen la ley: ¡nada de viajes al monte sin la supervisión de un adulto! Sin embargo, Stephanie es una joven decidida a hacer descubrimientos, y el más importante de todos le espera: una especie alienígena inteligente. Los ramafelinos, que viven en el bosque, son pequeños, simpáticos, inteligentes y tienen un marcado gusto por el apio. Y también son muy, muy letales cuando ellos o sus amigos se ven amenazados... como descubre Stephanie cuando se encuentra cara a cara con el depredador más letal de Sphinx tras un accidente de ala delta. Pero sus descubrimientos no han hecho más que empezar, ya que los ramafelinos también son telepáticos y capaces de establecer vínculos con ciertos humanos, y el hallazgo de Stephanie —y su vínculo, el primero de su clase, con el ramafelino Climbs Quickli— les sitúa a ambos en un nuevo torrente de peligro. Está en juego una riqueza de tamaño galáctico, y Stephanie y los ramafelinos se encuentran en el camino de enemigos muy bien situados, decididos a asegurarse de que el planeta Esfinge permanezca enteramente en manos de los humanos, incluso si eso significa la exterminación de otra especie pensante. Por desgracia para esos enemigos, los ramafelinos han salvado la vida de Stephanie Harrington. Ella se lo debe... y Stephanie es una joven que apoya a sus amigos. Lo que significa que las cosas están a punto de ponerse muy interesantes en Sphinx.