Merino Franco, Gabriel
Jerusalén. Año 44 de la Era Cristiana. Antes de ser decapitado, el apóstol Santiago el Mayor deja escrita una terrible confesión que, de ver la luz, hará tambalearse los cimientos de la Iglesia católica y la creencia cristiana. Francia. Año 1182. Tras el asesinato de su esposa Eliana a manos de los cristianos, Hamir, un constructor judío, huye de Chartres en compañía de su hijo Efraim tras la expulsión de los judíos del país galo. El caprichoso destino hace que caiga en sus manos un papiro escrito por un discípulo de Jesús en el que se narra una sorprendente revelación. Para Hamir, aquel manuscrito supone la llave de la venganza contra los insidiosos cristianos. Inglaterra. Año 1482. Después de trescientos años, el secreto familiar transmitido de generación en generación pasa a manos de su último portador, Yusuf, un prestamista judío de Londres, el cual se embarca en la búsqueda del comprometedor papiro con el fin de exterminar a la Iglesia católica, vengando así el crimen de su madre a manos de un sacerdote cristiano. Las pesquisas lo guiarán hasta el priorato de Bolton, donde Andrew, un joven monje copista, se ve envuelto sin pretenderlo en el farragoso asunto. Con la ayuda de Will Perkins —un librero de Manchester— y su hija Sharon, intentará descifrar las claves codificadas que desvelan el emplazamiento del antiguo documento. A ellos se les suma la Santa Sede. Los agentes del Servicio Secreto de Espionaje del Vaticano, con el capitán Bruno Boliardi al mando, son enviados a Inglaterra para recuperar el peligroso papiro antes de que este vea la luz. Paralelamente, en el seno del Vaticano se urde una trama conspiratoria contra el Papa Sixto IV. Los espías vaticanos intentarán desenmascarar al traidor que pretende asesinar al Santo Padre para ocupar su puesto en la Silla de Pedro. Intrigas, chantajes, crímenes y secretos inconfesables en un trepidante thriller histórico que se desarrolla a caballo entre los Estados Pontificios e Inglaterra y en el que desfila un amplio elenco de personajes, tales como el pendenciero padre James, el viejo criptógrafo Abdul, el piadoso fray Matthew, la entrañable madre superiora de la abadía de Wigan, el taimado arzobispo de Canterbury o Mac el Guadaña y sus secuaces, despiadados asesinos que habitan el siniestro Bosque de los Prófugos.