Burgos, Antonio
Situada en Sevilla en los años de la guerra civil, esta novela constituye una animada crónica de la época, así como una descripción viva y colorista dé la decadencia de la aristocracia andaluza. Los personajes y el escenario son los mismos de la anterior novela del autor —Las cabañuelas de agosto— con la que forma una unidad temática, pero el periodo histórico en que se desarrolla la acción es posterior al de aquélla. En torno a la figura de Guido Flores, un característico señorito andaluz, y con el recordatorio insistente del fusilamiento de Blas Infante, se describe la Sevilla de las charlas radiofónicas de Queipo de Llano, de las cárceles repletas, de los fusilamientos, de los cambios de camisa, los chanchullos, los entusiasmos patrióticos, el fervor religioso y la vida que sigue como antes. Novela de gran fuerza dramática, en la que destaca una brillante evocación de la Sevilla de aquel tiempo hecha con la gracia, la fluidez narrativa y la naturalidad que distinguen a este gran escritor.