Arjona, Vanessa
Desde el día en que Avril despertó en el hospital, nuestra relación cambió. A día de hoy es otra. Ahora me cuenta sus cosas y tiene confianza conmigo. Ha logrado terminar bachiller con notas altas y ya está en la universidad. ¡Qué bien queda su diploma en la pared de su cuarto! Al fin mi hija está siendo responsable. Por mi parte, y como no podía ser de otro modo, ahora sí que puedo decir que soy feliz, estoy disfrutando mi vida. Aprendí a enfocarme en mí, me dediqué tiempo, dejé de lado el tabú que para mí era la sexualidad y aprendí a disfrutarla. Gracias a eso mi autoestima mejoró mucho. Aprendí que soy MUJER y que soy valiosa. Marco sigue siendo una parte muy importante en nuestras vidas. A veces, cuando veo las cicatrices en el brazo de mi hija, recuerdo todo lo ocurrido y al contrario de lo que podría imaginarse, me sale una sonrisa. La palabra sufrimiento ya no forma parte de mi vocabulario. ¡Juntas lo hemos superado! Me llamo Elsa y esta es mi historia.