Goodman, Frances
Un matorral se encorvaba al frente. ¿A dónde conduce el sendero, perdido entre la hierba y los arbustos espinosos? Quién sabe Lo ve una cometa, extendiendo alas negras en el azul sin fondo. Ve, pero no dice. Las runas medio gastadas guardan silencio sobre una piedra cubierta de musgo que ha crecido en el suelo: este camino era diferente en aquellos días lejanos, cuando la mano de un hombre dejó heridas profundas en el cuerpo insensible de una roca. Se atraerá a sí mismo como una luz de pantano y desaparecerá de la nada ... Pero no hay caminos sin fin. Y no importa lo que le aguarde allí, en un futuro envuelto en un velo de niebla, un viajero cansado aceptará todo como algo natural, sin sorpresa, sin duda. Esta es la ley del camino, que nos enseña a no sorprendernos de nuevos descubrimientos, sino a recordar, como un cuento de hadas, un comienzo de camino recientemente comprensible y familiar ...