Moncó, Beatriz
Noviembre de 1610. En la ciudad de Logroño una intensa humareda sube hasta el cielo entre los horribles gritos de los cuerpos que se queman. La justicia de la Inquisición española castiga a hombres y mujeres condenados por el delito de brujería. Miles de personas se agrupan para presenciar el final de una historia que había comenzado dos años antes en una aldea navarra cercana al país vasco francés.En Zugarramurdi, a finales de 1608 una joven retorna al pueblo después de una estancia en tierras francesas. Un día, aparentemente sin razón alguna, acusa a una vecina de ser bruja. Esta lo niega todo, pero poco a poco la semilla de la duda se implanta en el corazón de la aldea. Los conocidos sospechan entre sí, los hermanos se vigilan y los matrimonios y sus hijos recelan unos de otros. Los relatos sobre las brujas y su conducta corren de boca en boca: vuelos nocturnos, raptos de niños, rebaños de sapos, maldiciones, conjuros y hechizos se mezclan en el aquelarre con actos sexuales desenfrenados y culto a Satanás.Nombres como el de María de Jureteguía, María de Iriarte o Graciana de Barretnechea dibujan una página histórica donde la envidia, la ignorancia, el deseo, el miedo y el poder sirvieron de escenario trágico para construir una de las muchas caras que tiene el Mal.Apoyada en la realidad histórica pero explicando el caso desde la libertad de la ficción, Beatriz Moncó escribe una nueva novela donde los personajes reviven muchos de los problemas del siglo XVII español, permitiéndonos reflexionar sobre la fragilidad de la naturaleza humana y su invariabilidad en el tiempo. Las protagonistas, mujeres reales que fueron consideradas brujas y tratadas como tales, nos muestran las dificultades de las mujeres para encontrar caminos de expresión que se considerasen adecuados para ellas. Esta novela es un espejo donde aún hoy podemos descubrir los usos y abusos del poder y su influencia en la vida de los más débiles.