Roma, Alexandra
Sofía y Ambrose estaban condenados a colisionar en Cudillero. Ella iba todos los veranos. El vivía allí. Dos desconocidos que cayeron abrazados a la piscina aquel mes de julio. El mismo en el que se desafiaron, fingieron no estar enamorados y se dejaron llevar sin saber que iban directos hacia un destino que les sacara de sus órbitas y les separara. Cinco años después, Sofía vuelve a Cudillero dispuesta a cumplir una vieja promesa y romper cualquier vínculo que le ate a Ambrose. Pero él está distinto. En su intensa mirada azul hay una dureza desconocida. Y todo se complica. Da igual lo que intente apartarle de su mente, la piel tiene memoria, y recuerda. Recuerda los atardeceres reflejados en las olas. Recuerda subir a Marte. Recuerda que le partió el corazón. Esta es la historia de una chica. Un chico. Y un puñado de quizás. Porque hay huellas en la arena que ni el viento es capaz de borrar. Porque hay amores de verano que sobreviven al paso del tiempo o no.