Thomas, Gordon y, Morgan-Witts, Max
El 13 de mayo de 1939, un transatlántico de lujo alemán, el MS St. Louis, deja zarpar en Hamburgo, el que hay embarcados llevando 937 refugiados judíos alemanes que huían del régimen de la Alemania nazi del III Reich, todos ellos con el correspondiente pasaporte, visados y papeles en regla. El objetivo del viaje es con destino a La Habana (Cuba), pero justo al salir el transatlántico de Hamburgo, el gobierno del presidente cubano Federico Laredo Brú anuncia que no los piensa acoger. El barco llega a pesar de todo en La Habana, pero no dejan desembarcar los pasajeros. El St. Louis se dirige entonces a las costas de Florida de los Estados Unidos, pero el gobierno de Franklin D. Roosevelt que tampoco son bienvenidos en el país, y también los rechaza el gobierno del Canadá. El barco debe devolver entonces a las costas de Europa. Pero el capitán recibe una carta firmada por 200 pasajeros que dicen que están dispuestos a suicidarse en caso de regresar a Alemania. Sin embargo, el viaje fue organizado por el ministro nazi de propaganda, Joseph Goebbels, y se convertirá en una odisea terrible.