Vázquez Cardozo, Jonathan
Lorenzo D’Franco, exinvestigador de la División de Homicidios de Montevideo, lleva encofrando en el recinto de sus recuerdos una historia que —tras veinticinco años de silencio— decide compartir. El 1º de enero de 1992 comenzaron a desarrollarse los sucesos que marcarían a la sociedad uruguaya y dejarían en el alma profesional del investigador D’Franco heridas y obsesiones que arruinarían posteriormente su vida matrimonial y su carrera. Alcanzada la tarde del 1º de enero de 1992, sobre las arenas de una playa de Solymar, es encontrado el cuerpo sin vida de la joven Andrea Millán. La policía de Montevideo —en conjunto con la policía del Departamento de Canelones— destaca el hallazgo como homicidio y a Hernán Sandoval, novio de la víctima, como principal sospechoso. Entre los años 1992 y 1993 se encuentran los cuerpos de dos mujeres asesinadas en similares circunstancias. Aunque, en una primera instancia parecen crímenes aislados, los investigadores de la División de Homicidios logran entrelazar los casos, y la verdad que hallarán en las penumbras de la mente de un asesino desconocido se perpetuarán en sus más íntimos tormentos.