Seth, Vikram
«Cuando tenía diecisiete años me fui a vivir a Inglaterra con mis tíos abuelos. Él era de origen indio, y ella alemana. Los dos tenían sesenta años. Yo apenas los conocía.» Así comienza el nuevo y apasionante libro de Vikram Seth, en el que, tras el homenaje a la música clásica occidental que supuso Una música constante, regresa a su tema preferido: la familia. Pero esta vez desde una perspectiva muy distinta de la de Un buen partido, una de las novelas más aclamadas de las últimas décadas y que le situó entre los autores más importantes del último tercio de siglo. En Dos vidas no hay nada inventado, ya que el título hace referencia a dos seres que dejaron una profunda huella en la vida del autor: Shanti y Henny. El primero es hermano del abuelo de Vikram, nacido en la India y que, por las circunstancias del destino, estudió odontología en el Berlín de 1931, una época en la que la historia de Europa va a tomar un sesgo trágico que desembocará en la Segunda Guerra Mundial, y que para Shanti tendrá también terribles consecuencias: la pérdida de un brazo en la batalla de Monte Cassino, que le convertirá en el segundo dentista manco de Inglaterra. En Berlín su vida se cruza con Henny, una judía alemana que se verá obligada a abandonar el país, con la tragedia y el remordimiento añadidos de dejar atrás a su madre y a su hermana, que acabarán muriendo en Auschwitz. Con ella iniciará una tortuosa relación amorosa que, tras muchas vicisitudes y angustias, desembocará en boda en Londres, concluida ya la guerra. Allí es donde Vikram Seth los conocerá en 1969, compartirá sus vidas presentes y descubrirá las circunstancias de sus vidas pasadas, modeladas por unos hechos históricos que abandonan la abstracción de la crónica y se concretan en personas de carne y hueso que, vistas con la lupa del autor, exhiben todas las grandezas y miserias de quienes se han enfrentado al horror y han sobrevivido. Escrito con ese estilo terso y evocativo, inconfundible, Dos vidas es muchos libros en uno: una autobiografía; el retrato de dos seres con los que el autor mantuvo una relación entrañable; una radiografía del siglo XX, desde el nacimiento del nazismo hasta la fiebre inmobiliaria de los noventa, pasando por la dureza de la posguerra o la lucha juvenil de los sesenta; un lúcido análisis de los vericuetos de la historia; y, como coda, una ideología para este nuevo siglo que Seth resume en una sola frase: «Que creamos, en resumen, en una lógica humanitaria, y quizá, con el tiempo, en el amor.» Todo ello, para regocijo del lector, con un ritmo cinematográfico, en el que la exactitud no está reñida con el dramatismo ni la verdad con el sentido del humor.