Noam, Chomsky
«En sus especulaciones sobre la conducta humana —que deben ser claramente diferenciadas de sus investigaciones experimentales sobre la conducta condicionada— B. F. Skinner ofrece una versión muy particular sobre la teoría de la ductilidad humana. La aceptación pública de su trabajo es asunto de verdadero interés. Skinner ha sido condenado como defensor de un pensamiento totalitario y ensalzado por su defensa de un medio social fuertemente controlado. Es acusado de inmoralidad y a la vez valorado como representante de la ciencia y de la racionalidad en los asuntos humanos. Aparece como enemigo fundamental de los valores humanos porque exige el control en lugar de defender la libertad y la dignidad. En este sentido parece algo escandaloso; en el momento en que Skinner invoca la autoridad de la ciencia, algunos críticos condenan la ciencia misma o «el punto de vista científico del hombre» por mantener tales conclusiones, mientras otros nos aseguran que la ciencia prevalecerá sobre el misticismo y las creencias irracionales. Un análisis más profundo muestra que la apariencia es engañosa. Skinner no nos dice nada sobre la libertad y la dignidad aunque emplea las palabras «libertad» y «dignidad» en algunas ocasiones y en un sentido muy particular. Sus especulaciones están vacías de contenido científico y ni siquiera perfila los contornos generales de una posible ciencia de la conducta humana. Además, Skinner impone ciertas limitaciones arbitrarias a la investigación científica a la que virtualmente garantiza un continuo fracaso».