Vereiter, Karl von
Como buitres de alas retorcidas, los Stukas avanzan hacia la costa. En las cabinas, pilotos y copilotos, sonríen. Nunca, en la historia de todas las aviaciones del mundo, se ofrecerá a unos bombarderos un objetivo igual. Una masa negra aparece ¡unto al mar, a lo largo de las playas interminables. Es como si un gigantesco hormiguero hubiese abandonado sus galerías. Hay miles, cientos de mi* les. Y no son hormigas. Son hombres; hombres que tiemblan de pánico y levantan una mirada asustada hacia el cielo donde los Stukas navegan entre el rumor sordo de sus motores. ¡Tirad! ¡Lanzad vuestras bombas! ¡No podéis fallar! Porque hay una alfombra de carne, de carne unida, de carne que se estremece, de carne que va a morir... Y las bombas caen, sobre las «hormigas», sobre las playas. Sobre Dunkerque...