Delibes, Miguel( P. Asturias 1982).( Cervantes 1993).
Miguel Delibes es muy conocido por sus novelas y narraciones, pero también es reconocido porque en ellas destacan sus preocupaciones sociales y su defensa del medio rural, por eso estamos ante un libro que vaticinó con certeza el futuro que nos espera, es un aviso sobre los peligros para el hombre si no se pone coto al despilfarro y abuso de los recursos de la Naturaleza. El libro es la transcripción del discurso que Miguel Delibes pronunció cuando ingresó en la Real Academia Española de la Lengua, en mayo de 1975, y su contenido no tiene nada que ver con reflexiones en torno al lenguaje y su pureza y esplendor, sino que es un alegato claro contra el sentido del progreso entendido como despilfarro y destrucción del entorno. Hay que resaltar el carácter premonitorio y avisador que tiene este discurso de Delibes, ya que en ese año (1975)) estas preocupaciones estaban lejos -en nuestro país- de los movimientos políticos y sociales. Se aportan datos tan contundentes como estos: entre Europa y Estados Unidos, con un 16% de la población mundial, devoramos el 80% de los recursos de la Tierra, limitados e irrecuperables, que un periódico de gran tirada se come diariamente seis hectáreas de bosques, que el mar Báltico es un pozo de infección, que en todos los mares es imposible la línea de recuperación de la pesca (posibilidad de que se desarrollen más peces que los que se pescan): Pero a la vez se nos hace reflexionar sobre este progreso que comporta una minimización del hombre, y sobre nuestro papel de mera pieza en este mecanismo de despilfarro y destrucción. El libro se lee rápidamente, de una sola sentada, es ameno, asequible, sencillo, y las ilustraciones son las justas para deleitarnos unos momentos de lectura verdaderamente placenteros e insustituibles por el consumo de «cosas» a las que el poder nos quiere hacer creer que es el sentido de nuestra vida. En resumen, Delibes nos hace concluir que en lo único que merece ser «conservador» es en la preservación de la Naturaleza y en mantener un sentido del progreso entendido como ensanchamiento de una conciencia moral universal que rechace los valores del dinero y el valor del hombre como amedrentador y dominador de los demás.