Plager, Silvia & Fraga Vidal, Elsa
María Sáez de Vernet fue una mujer admirable. Ella y su marido fueron los últimos gobernadores argentinos de las islas Malvinas entre 1829 y 1831. María aceptó dirigirse con su familia al extremo sur del mundo por amor a su marido, pero al poco de llegar la belleza de las islas se adueñó de su corazón.
A través de su mirada el lector podrá vivir las Malvinas, su clima y su agreste geografía. Las escenas cotidianas de la familia Vernet y su entorno, compuesto de indios, negros, colonos y viajeros ocasionales, permiten imaginar con profundo realismo cómo era la vida en las islas durante el siglo XIX.
Con breves pinceladas las autoras recuerdan el contexto histórico, cuando Rosas gobernaba Buenos Aires y la lucha por forjar la república llevó al gobierno a olvidar las Malvinas. Decidido a defender la soberanía de las islas en las que además había invertido toda su fortuna, Luis Vernet llevó el caso a Buenos Aires. La familia Vernet no volvió a ver las costas que había aprendido a amar.
El diario de María Sáez de Vernet es la fuente principal de este maravilloso relato. Gracias a él las autoras pudieron recrear a la perfección la vida cotidiana en las islas Malvinas durante el siglo pasado. Últimos gobernadores del lugar, los Vernet fueron verdaderos pioneros, y cada cual, a su manera, realizó una admirable tarea e intentó defender el suelo argentino.
Con dedicación, valor y constancia, María Vernet se enfrentó al inhóspito clima y a la salvaje geografía, logrando crear un hogar en medio del fuerte viento y el intenso frío. Su salón se convirtió para los osados pobladores de Malvinas en una fuente de alegría y seguridad que les permitió afrontar y superar las dificultades y poner en marcha una pujante economía isleña.