Reina, Manuel Francisco
Siglo II DC. Apenas unos meses antes de la muerte del Emperador Adriano, que sabe por sus médicos de la inminencia de su muerte, éste se presenta en los aposentos de su esposa, la Emperatriz Sabina, conminándola a suicidarse por sus propios medios antes de ser ejecutada por sus órdenes. Un terrible secreto en el que está involucrada la Emperatriz ha sido descubierto por su esposo, que hace muchos años no oculta las desavenencias e incluso odios que existen entre él y su cónyuge. Sabina ni siquiera discute con el Emperador. No se plantea huir. Acata la imposición marital, como si fuese algo que esperara desde hacía mucho. Prepara la copa de vino en la que disuelve la amarga cicuta, y llama a la que ha sido su confidente de los últimos años: Julia Balbila. Una poeta considerable de su séquito, descendiente de los nobles gaditanos Balbos, que financiaran las campañas bélicas que convirtieron en Emperador a Julio César, para hacerla partícipe de toda su vida y razones para obrar como lo hizo, historia que la escritora recoge como homenaje a su desgraciada amiga. Este es el relato de la Emperatriz Vibia Sabina Augusta, hija de la noble Matidia la Menor y nieta de Marcia, sobrina nieta del Emperador Marco Ulpio Trajano Augusto, y esposa del Emperador Publio Elio Adriano. Esta es la historia de una mujer fuerte e infeliz; una mujer noble, no sólo por su ascendencia, sino por su manera de corresponder con sus ilustres ancestros y enfrentar su destino funesto con tanta grandeza. Casada contra su voluntad a los nueve años con su primo, para legitimar aún más la dinastía hispánica de los Antoninos en Roma, la novela es un mosaico de los reinados de Trajano y Adriano desde el punto de vista de las mujeres de ésa época, la emperatriz Plotina, Domicia, Matidia o ella misma, obligadas por educación a la sumisión o a la intriga, incluso al asesinato, como en su caso, que tal vez sea la primera mujer maltratada de la que se tiene documentación de la historia. Es su testimonio, la narración de su vida que, Julia Balbila, la única amiga que ha tenido Sabina, recoge de sus labios con la comprensión de otra mujer y sus sufrimientos en estos tiempos . Esta es la historia de la Emperatriz Amarga: una historia de odios íntimos, de pasiones y conjuras con el poder imperial de fondo.