Cabot, Meg
Eh… hola, ¿Alguien sabe algo de mí nuevo vecino? ¿El alto y guapo que vino a ayudarme cuando no tenía más remedio que ocuparme de Paco, el gran danés de mi vecina en coma, la señora Friedlander? Estoy agradecida. Me refiero a que si Max, el sobrino de la señora Friedlander, no hubiera aparecido para hacerse cargo de sacar a pasear al perro, quizá me hubieran despedido por llegar tarde cada día a mi trabajo como columnista de sociedad del New York Journal.
Pero se supone que Max Friedlander es un fotógrafo de moda mujeriego y ¿desde cuándo un mujeriego es un sobrino tan devoto, tan dispuesto a demostrar que el accidente de su tía fue consecuencia de un acto delictivo? Y si realmente se llama Max, ¿por qué quiere que lo llame John? ¿Cómo sé que realmente se trata de Max Friedlander y que no le he dado las llaves de la señora F al tipo equivocado? Lo que sí sé es que es divertido, cariñoso y guapísimo, con «esos» ojos… ya sabéis, los de color avellana que hacen que te tiemblen las piernas y se te pare el corazón.
Me parece que me he enamorado. O que tengo un problema. O las dos cosas. Si alguien puede darme información al respecto, le estaré muy pero que muy agradecida.