Muller, John E.
Charles Fort, el gran filósofo rebelde americano, creía que todos los hombres tenían derecho a dudar. Apuntaba sus despiadadas flechas lo mismo a los guías científicos que a los religiosos. Ninguna doctrina sostenida se encontraba libre de la crítica Forteana. simplemente porque era vieja y aceptada. Fort quería pruebas, quería más pruebas de las que cualquier hombre de ciencia pudiera dar. Fort quería ver con sus propios ojos y oír con sus propios oídos.
El que un telescópico indicara que cierto hecho astronómico era muy probable no constituía una prueba para Fort de que era un HECHO. No podía haber aceptado que la Tierra estaba a 93.000.000 de millas del Sol hasta que pudiera pasar una cadena medidora a través del intercurrente espacio.
Habrá hombres como Charles Fort en todas las edades, en todos los planetas civilizados, hombres que querrán ver y oír razas extrañas por ellos mismos. Hombres que harán volar sus valerosas naves exploradoras a todos los rincones del universo. Estos hombres vivirán... Estos hombres morirán, fracasarán, tendrán éxitos.
Esta es la historia de uno de sus viajes.