Iannaccone, Isaia
Roma, principios del siglo XVII. La Ciencia moderna se debate por nacer en un permanente enfrentamiento con la Iglesia y su Inquisición, deseosas de detener aquella revolución imparable. Persecuciones, procesos y condenas —a veces a muerte— aguardan a quienes se esfuerzan en estudiar el universo y la naturaleza, atreviéndose a poner en duda las leyes divinas.
El palacio del príncipe Federico Cesi acoge las reuniones clandestinas de la Academia de los Lincei, frecuentadas por el astrónomo Galileo Galilei, que escruta el cielo con su
Tendrán entonces noticias de un país lejano, China, donde el poder está precisamente en manos de los sabios. Y la decisión de Terrentius de viajar hasta allí ni siquiera se verá frenada por la necesidad de integrarse en una misión de los jesuitas, únicos occidentales que han entrado en aquel remoto país. Terrentius toma los votos y se embarca pertrechado con sus instrumentos quirúrgicos, un gran herbolario y muchos libros. Y Galileo, que envidia su audaz decisión, promete enviarle los nuevos descubrimientos, para que pueda mostrárselos al emperador.
Entre tempestades y epidemias, la expedición pone rumbo a China. Pero lo que turba a Terrentius no son los peligros del viaje, sino la sospecha de que entre sus compañeros jesuitas está escondido un emisario de la Inquisición, quizás dispuesto a matar con tal de detenerlo…