Lorenzo, Javier
En "Las guardianas del tabú" se narran una serie de acontecimientos protagonizados por el pueblo cántabro y que sucedieron tres años después de los relatados en "El último soldurio", la anterior novela de Javier Lorenzo, justo cuando el caudillo Corocotta se presentó ante Augusto para entregarle su propia cabeza a la que el emperador había puesto precio y cobrar así la recompensa.
Córcega (18 a.C.) El historiador griego Estrabón mantiene una larga conversación con el general romano Agripa sobre las guerras cántabras. Al griego le provoca una enorme curiosidad que aquellos pueblos cántabros, que parecían definitivamente doblegados ante el poder de Roma, volvieran a rebelarse de nuevo contra el invasor romano. El asunto alcanzó tal gravedad que el emperador se vio obligado a enviar a Agripa para sofocar la sublevación.
En el año 20 a.C. tras la desaparición de Corocotta, miles de cántabros trabajaban como esclavos en las minas o ejercían su labor como sirvientes en las dominas de los romanos. Pero pronto estos iniciaron una multitudinaria sublevación en las que muchos de estos esclavos fueron liberados. Tras la conquista de su libertad, muchos de ellos se refugiaron en las montañas para iniciar la resistencia contra el invasor, pero en esta no sólo intervinieron los cántabros, sino que otros pueblos fueron convocados también a la resistencia contra Roma (lusitanos, galaicos, astures, etc.).
La primera batalla importante tuvo lugar en las Fuentes Bélicas. Los romanos acudieron allí atraídos por una leyenda que aseguraba que en las aguas del río nadaban peces de oro, por lo que pensaron que en las profundidades de sus aguas podría ocultarse en realidad un tesoro de origen celta. Pero la legión romana no pudo avanzar más allá del Desfiladero de los peces de oro donde fueron aniquilados, víctimas de una feroz emboscada por parte de los rebeldes.
Lo más curioso del caso es que, aunque ningún caudillo dirigía la rebelión, los cántabros parecían estar muy bien organizados. Fueron las mujeres, guardianas del tabú, las que asumirían el poder religioso, organizativo y militar (el tabú no era otra cosa que la luna, ya que su religión les prohibía mencionar directamente el paraíso que al parecer residía en ese lugar).
Esta conversación/entrevista entre Estrabón y Agripa se alterna con la narración de una serie de acontecimientos, sucedidos en territorio cántabro, principalmente, durante los años 20 y 19 a.C., protagonizados por una serie de personajes, relacionados entre sí: Acuana, guardiana del tabú y abuela de Visalio, un muchacho tullido a quien ésta ha conseguido transmitir el siguiente lema "Antes muerto que esclavo"; su sobrino Neco, a quien los romanos cortaron la mano derecha y que es elegido por la guardiana para liderar a los cántabros en el campo de batalla.
En definitiva, la historia de un pueblo, el cántabro, que prefirió morir antes que verse obligado a sufrir la vergüenza de la derrota y la humillación de la esclavitud. Para ellos, morir era igual a vencer.