Williams, Tad
Entre los miembros de la Comunidad de felinos, la tenue línea que dividía la vigilia de los sueños constituía sólo un muro de aparente irrealidad. Sabían que la caza producida en sueños no satisfacía el hambre y que las peleas soñadas no dejaban cicatrices, pero reconocían también que los sueños ofrecían también una forma de sustento e inspiración para enfrentarse al mundo real. La Comunidad era consciente de que dependían de estos hechos soñados tanto como de la comida y del agua. Y que, a pesar de que todos los miembros integrantes tenían los sentidos muy aguzados, sólo unos pocos se convertirían en Oel-var\'iz o Visionarios: los elegidos, los gatos que obtendrían un desarrollo de su sagacidad muy superior a la media...Incluye un apendice de palabras al final del libro.