MacDonald, Patricia J.
Thomas y Anna Lange forman una cálida pareja que vive feliz con sus dos hijos, Paul y Tracy, en Connecticut, en una hermosa casa en el campo. Un día, mientras Anna está en el jardín jugando con Paul, oye llorar a Tracy, que está enferma, y acude a atenderla. Cuando vuelve de nuevo con el pequeño, éste ha desaparecido misteriosamente. De poco sirven las pesquisas de la policía ni las investigaciones del detective encargado del caso. El desconsuelo y la tristeza hacen mella en la familia y se altera el orden de su existencia. Pasan diez largos años y, por fin, los indicios parecen favorables. Paul llama a la puerta de su hogar, al que ni siquiera reconoce. Anna, que siempre intuyó que su hijo estaba vivo, se encuentra ante un adolescente arisco y desarraigado; es un extraño, y así lo sienten Thomas y Tracy. La vida familiar se desestabiliza notoriamente y la tensión psicológica aumenta cuando el pasado continúa presente y lo que se vislumbraba en confusos presentimientos se va desenmascarando, convirtiéndose en una verdadera amenaza para los Lange. Anna sabe que Paul ha traído consigo un misterio y que sólo ella puede dilucidarlo.