Mourad, Kenizé
Zahr creció en Occidente entre familias adoptivas que sólo le contaban medias verdades acerca de sus orígenes. Su madre, una princesa turca esposa del rajá indio de Badalpur, murió sin haberle podido revelar su identidad, algo que Zahr creyó recuperar cuando a los veintiún años logró reunirse con su padre en la India. Sin embargo, en ese país regido por tradiciones ancestrales Zahr conoció el sinsabor del desengaño y la necesidad de defender su dignidad luchando por un pequeño jardín en Badalpur; la herencia amenazada de un padre que la quiso demasiado