Cooper, Louise
Siete demonios, siete seres maléficos, arrojarán otra vez a la humanidad a la tenebrosa historia de su propia necedad, a menos que sea destruidos. Y Anghara, hija-de-Kalig, ya no es Anghara. Ahora su nombre es Índigo —el color del luto— y su hogar es el mundo entero porque ha perdido todo derecho sobre el reino en el que nació. En éste gobierna otro señor y la leyenda de la Torre de los Pesares ha dejado de existir por expreso deseo de la Madre Tierra, que ordenó que todo recuerdo de la caída de la Torre se borrase de la memoria de las gentes. Es por eso que el nuevo rey pide a sus bardos que compongan tristes baladas sobre las fiebres que acabaron con las vidas de la antigua dinastía de Kalig, sin sospechar que un miembro de ella sigue con vida.
Pero Carn Caille le está vedado a Índigo y en su lugar se dirige hacia el norte, hacia una región donde unos amenazadores fuegos volcánicos hierven lentamente en las profundidades de la tierra, y donde espera encontrar al primero de los demonios al que debe someter. Índigo, sin poder envejecer ni morir y guiada tan sólo por la piedra-imán, regalo de la Madre Tierra, inicia su búsqueda con una única amiga que ni siquiera es humana — la loba Grimya — y con una enemiga que seguirá sus pasos dondequiera que vaya, ya que forma parte de ella misma pues ha sido creada a partir de lo más tenebroso de su propia alma: su Némesis, el octavo demonio.