Rufin, Jean-Christophe
Ruán, Francia, 1555. En un intento de rivalizar con los portugueses y su política colonial, una expedición francesa zarpa hacia el Nuevo Mundo con la intención de establecerse en Brasil.
A bordo, una tripulación heterogénea entre la que se hallan Just y Colombe, dos niños enrolados a la fuerza para que sirvan de intérpretes ante las tribus indias. La expedición, liderada por el almirante Nicolás de Villegagnon, desembarca meses más tarde en una isla de la bahía de Guanabara, frente al actual Río de Janeiro. En estas tierras vírgenes, el quijotesco caballero Villegagnon, anclado en sueños de grandeza patriótica, se enfrentará a una ardua misión en su deseo de afianzar la colonia, pues deberá lidiar con indígenas y bandidos, pero también con sus propios hombres: las controversias teológicas entre católicos y protestantes evidencian diferencias insalvables. A través de los destinos y elecciones de Just y Colombe –dos concepciones opuestas del hombre y la naturaleza– conocemos los avatares de esta nueva comunidad. Guerreros, caníbales, fanáticos religiosos, soñadores idealistas, así es esta Francia de los trópicos, escenario del choque de dos culturas antagónicas.
Con una prosa clásica impregnada de humor, el exitoso autor de El abisinio rescata del olvido esta epopeya francesa para, en palabras del jurado del premio Goncourt, no sólo invitar al lector al «placer de la lectura, sino para incitarle también, dada la actual coyuntura internacional, a reflexionar sobre su pasado».